El Concilio de Trento, entre las numerosas reformas que promueve, determina la creación de una comisión encargada de revisar y unificar los libros litúrgicos, cuya aprobación definitiva correspondería al Pontífice Romano. Los resultados no se hacen esperar: en 1568 sale a la luz el Breviario restaurado, en 1570 el Misal y en 1571 el Oficio de la Virgen.
Inicialmente se establece un monopolio para la publicación de cada una de estas obras que recae sobre un impresor asentado en Roma; no obstante, se le permite negociar con otros impresores el reparto del trabajo. De esta manera, Cristóbal Plantino llega a un acuerdo con Pablo Manuzio para hacerse cargo del Breviario en Flandes y Brabante y con Bartolomé Faletti para hacer lo propio con el Misal en Flandes, Brabante, Hungría y partes de Alemania.
Igualmente, en junio de 1572 Plantino recibe de Roma la autorización formal para dar a la imprenta el Oficio de la Virgen y tan sólo un año después ya pone en circulación varias ediciones en diferentes formatos que cuentan, además, con ilustraciones. En este sentido, el impresor adquiere progresivamente un stock de imágenes que él y sus herederos emplean no sólo en ediciones posteriores de una misma obra, sino en otros textos afines, imponiéndose como criterios de selección prioritarios la adecuación del tema y el tamaño de la plancha.
En el año 1601, muerto ya Plantino y con su yerno Jan I Moretus al frente del negocio, la Officina Plantiniana de Amberes publica un Officium Beatae Mariae Virginis cuya suntuosidad excepcional guarda relación con su comitente: el Archiduque Alberto. De este modo, la conocida como edición de 1600/1601 llama la atención por tres cuestiones: las dimensiones del formato escogido y de la tipografía elegida; el número de ilustraciones: hasta 41 a toda página, de las que 9 ya habían sido empleadas con anterioridad; y el tipo de grabados: calcografías en todos los ejemplares, prescindiéndose de las xilografías.
En 1609 y a instancias del propio Jan I Moretus aparece una nueva edición del Oficio, aún más rica en imágenes que su predecesora: reutiliza 31 planchas del Officium de 1600/1601 e incorpora 26 nuevas, lo que suma un total de 57 grabados a toda página debidos al taller de Theodoor Galle, a Pieter de Jode y a Carel de Mallery.
Gracias a los temas nuevos que se introducen en el Oficio de 1609, así como aquellos que, ya presentes en el anterior, ahora se redibujan, se puede afirmar que esta serie (y no la precedente) constituye el germen de la vida de la Virgen tallada en la sillería del coro de San Martín Pinario entre 1639 y 1647. Consecuentemente, si bien resulta imposible determinar el ejemplar concreto del que proceden estos relieves (el Oficio se reedita con las mismas planchas en 1622 y 1652, a lo que cabe añadir la posibilidad de comprar sus estampas por separado), de lo que no cabe duda alguna es de su modernidad al mimetizar unas ilustraciones que habían sido impresas, como mucho, treinta años antes.
Sobre los Oficios de 1600/1601 y 1609 véase Bowen, 1996; Bowen, 2014; Bowen & Imhof, 2003. Sobre el quehacer y la producción de Cristóbal Plantino, Bowen & Imhof, 2008. Y, en general, sobre la historia de la Officina Plantiniana, Voet, 1969-1972.